La jardinería es una actividad que aporta muchos beneficios para niños, y no necesariamente se necesita un gran espacio para poder enseñarles. Un pequeño jardín casero puede ser suficiente para iniciar a los pequeños en este apasionante mundo que, además, les enseñará a valorar y cuidar la naturaleza. Veamos cuáles son los métodos que se pueden utilizar para enseñar a los niños la jardinería en un pequeño jardín casero.
Crear un espacio de jardín adecuado
El primer paso para enseñar jardinería a los niños es crear un espacio adecuado. No es necesario un jardín grande, pues incluso en un balcón o en una terraza se pueden cultivar plantas. Podemos usar macetas de distintos tamaños y formas, y también cajas de madera o plástico como huerto. Es importante que el lugar tenga suficiente luz natural.
El sustrato es otro de los materiales esenciales para la jardinería. Debemos seleccionar un sustrato de buena calidad, que garantice el correcto desarrollo de las plantas. Las tiendas especializadas ofrecen sustratos específicos según el tipo de planta o cultivo.
Además, es importante que los niños tengan herramientas de jardinería adecuadas a su tamaño: palas pequeñas, regaderas, rociadores, etc. Los guantes de jardinería tampoco deben faltar, para proteger las manos de los pequeños.
Iniciar a los niños en la siembra
Una vez que tenemos preparado el espacio de jardín, el siguiente paso es iniciar a los niños en la siembra. Podemos comenzar con semillas de plantas fáciles de cultivar y que crezcan rápido, para que los niños vean pronto los resultados y se mantengan motivados.
Es importante explicar a los niños la importancia de cada paso: cómo colocar las semillas, cuánta agua necesitan, cómo y cuándo hay que abonar las plantas, etc. También podemos enseñarles a reconocer las plagas y las enfermedades de las plantas, y cómo tratarlas de manera ecológica.
Aprender a cuidar las plantas
El cuidado de las plantas es otra de las tareas fundamentales de la jardinería. Los niños deben aprender a regar correctamente las plantas, sin excesos ni defectos. También deben conocer la importancia del abonado para el crecimiento de las plantas, y cómo y cuándo hacerlo.
Es esencial que los niños aprendan a respetar la naturaleza y a cuidar las plantas con cariño y paciencia. La jardinería es una actividad que enseña a los niños a ser responsables y a valorar el esfuerzo, ya que las plantas necesitan tiempo para crecer y requieren cuidados constantes.
Crear un huerto casero
Además de las flores y las plantas ornamentales, en nuestro pequeño jardín casero también podemos crear un huerto. Cultivar hortalizas y verduras no solo es una actividad educativa, sino que también permite a los niños entender de dónde vienen los alimentos y valorar el trabajo de los agricultores.
Sembrar lechugas, tomates, fresas, zanahorias… puede ser una actividad muy emocionante para los niños. Y nada puede compararse con la satisfacción de recoger y comer los alimentos que han cultivado con sus propias manos.
Actividades relacionadas con la jardinería
Aparte de la siembra y el cuidado de las plantas, existen muchas otras actividades relacionadas con la jardinería que pueden resultar interesantes y divertidas para los niños. Por ejemplo, podemos crear un hotel de insectos para atraer a los insectos beneficiosos para nuestro jardín, o construir una compostera para reciclar los residuos orgánicos y obtener un abono natural de gran calidad.
También podemos organizar juegos y retos relacionados con la jardinería, como concursos de dibujo de plantas y flores, carreras de crecimiento de plantas, etc. Y, por supuesto, siempre podemos aprovechar para aprender más sobre la naturaleza: observar los insectos y las aves que visitan nuestro jardín, aprender los nombres de las plantas, descubrir cómo se reproducen, etc.
En definitiva, la jardinería es una actividad que ofrece numerosas posibilidades educativas y recreativas para los niños. Solo necesitamos un pequeño espacio, algunas plantas y muchas ganas de aprender y divertirnos.
Jardinería Montessori: Un enfoque de aprendizaje
Un excelente método para enseñar jardinería a los niños es el enfoque Montessori. Este método de enseñanza fomenta la independencia y permite a los niños aprender a su propio ritmo. En la jardinería Montessori, los niños tienen la oportunidad de experimentar con las plantas y el suelo, observar el crecimiento de las plantas y participar activamente en su cuidado.
Para empezar, se puede preparar un huerto escolar o un pequeño jardín en casa con plantas sencillas y fáciles de cuidar. Los niños pueden estar a cargo de plantar semillas, regar las plantas, quitar las malas hierbas y observar el desarrollo de las plantas. Es esencial que cada niño tenga un set de herramientas de jardinería apropiadas para su tamaño, para que puedan manejarlas con facilidad y seguridad.
Además, en este enfoque, los niños aprenden a través de la experimentación. Pueden probar diferentes tipos de plantas, experimentar con diferentes cantidades de agua y luz, o incluso probar diferentes tipos de suelo. Esto fomenta la curiosidad y el aprendizaje activo, y ayuda a los niños a entender las necesidades de las plantas y cómo cuidarlas.
Creación de Jardines Verticales
Otro método divertido y creativo para enseñar jardinería a los niños es a través de la creación de jardines verticales. Los jardines verticales son una excelente opción para espacios pequeños, ya que permiten cultivar una gran cantidad de plantas en un espacio reducido.
En primer lugar, los niños pueden ayudar a seleccionar las plantas para el jardín vertical. Pueden elegir entre una amplia variedad de plantas, desde hortalizas y verduras hasta hierbas aromáticas y flores coloridas. Es importante elegir plantas que sean adecuadas para las condiciones de luz y temperatura del lugar donde se ubicará el jardín vertical.
Los niños pueden participar activamente en la creación del jardín vertical: colocar el sustrato, plantar las semillas o los plantines, regar las plantas, etc. Además, pueden observar cómo las plantas crecen en vertical y aprender sobre las ventajas y desafíos de este tipo de jardinería.
Conclusión: Jardinería, un mundo de aprendizaje para los niños
La jardinería es mucho más que una actividad de ocio. Los niños aprenden sobre el ciclo de vida de las plantas, la importancia de cuidar el medio ambiente y la responsabilidad de cuidar de otros seres vivos. Además, pueden experimentar la satisfacción de ver crecer las plantas que han cuidado y recoger los frutos de su trabajo.
Enseñar jardinería a los niños no requiere de un gran espacio ni de un equipo sofisticado. Un pequeño jardín en casa, un huerto escolar o incluso un jardín vertical pueden ser suficientes para iniciar a los niños en el apasionante mundo de la jardinería. Con la orientación y el apoyo adecuados, los niños pueden aprender a amar y respetar la naturaleza, y a disfrutar del maravilloso arte de jardinear.